Cuando una idea de negocio nace lo primero que se debe hacer es encaminar y dirigir esa idea hacia una realidad tangible; es decir, volcarla al mundo real. Pero, definitivamente no se debe hacer a la ligera, pues para la consolidación de esta idea se debe tomar en cuenta los diferentes aspectos que exige una gestión y dirección eficiente para la empresa.

La clave del éxito de un negocio está en una correcta gestión de los líderes, directivos o propietarios, utilizando los canales de comunicación adecuados. Poder identificar los diversos factores que influyen en el alto o bajo desempeño de la compañía, la medición y control del desempeño, la oportuna y acertada toma de decisiones y la resolución de conflictos, son algunos de los temas a considerar en busca de obtener los mejores resultados para tu organización.

En la actualidad, el dinámico mundo de los negocios exige al nuevo emprendedor tener competencias que le permitan formular, implementar y evaluar las estrategias de una organización–empresa, pues ahí se define la visión, misión y objetivos a corto, mediano y largo plazo, que sostendrán la perdurabilidad, sostenibilidad y crecimiento de la misma que sirve como marco de referencia para la obtención de su planificación estratégica.

Es indispensable, también, conocer los procesos que dan respuesta a la necesidad de alinear de manera correcta las etapas de planeación, ejecución y control, a partir de la brecha existente entre la misión y visión a alcanzar. En este orden de ideas, el modelo tradicional desarrollado respecto a este tema derivaba a la planeación estratégica como la determinación de objetivos y metas esenciales en el largo plazo, junto a la adopción de acciones y asignación de recursos necesarios para cumplirlos. Hoy día, esto es insuficiente para perfeccionar todos los modelos propuestos pues faltan al expresar un punto de vista estático en entornos estables, que da paso a la creación de brechas entre la teoría y la práctica en medio de una realidad incierta y compleja.

Es bueno destacar, entonces, que los conocimientos tradicionales ya no son suficientes para gerenciar organizaciones y dirigir personas. Pretender dirigir una organización con los criterios antiguos sería condenar a las organizaciones a modelos rígidos, lentos y poco efectivos para el dinamismo que vive el mercado en los tiempos modernos. Por ello, el profesional moderno requiere desarrollar habilidades nuevas, como el Coaching, el liderazgo, el manejo de equipos, entre otras, para liderar con herramientas consideradas imprescindibles en los nuevos modelos gerenciales. Esto lo preparará para abordar situaciones desde las más simples hasta las más conflictivas o difíciles, de modo de extraer de ellas aprendizajes y crecimiento organizacional, que impulsen su desarrollo cada vez de forma más creciente.

El posgrado en Dirección y Gestión de Empresas proporciona a los participantes el desarrollo de habilidades y destrezas necesarias para liderar la gestión de una organización–empresa, con liderazgo y visión integral, enfocado a la obtención de resultados que sean medibles y verificables para retroalimentar el sistema, a través del mejoramiento de la calidad y la creación de ambientes sanos y productivos que estimulen y promuevan la máxima productividad.

Todo esto con la concreción de una metodología que combina la teoría con la práctica de las actividades de aprendizaje, para la obtención de las habilidades y destrezas requeridas en cada situación particular, que conlleven a quien toma este estudio a innovar y enfrentar retos sobre las tendencias para generar una nueva ruta en la gestión estratégica en las empresas.