Los conocimientos y habilidades con los que tradicionalmente se ha gestionado y liderado a organizaciones y personas ya no son suficientes en la actualidad. No se puede pretender dirigirlos con los criterios antiguos, pues se les estaría condenando a modelos rígidos, lentos y poco efectivos para el dinamismo que vive el mundo en los tiempos modernos. Quienes lo han hecho de esta manera, quedan rápidamente rebasados por quienes buscan innovar y dirigir con elementos acordes con los tiempos actuales.

Por ello, el profesional moderno que quiere mantenerse a la vanguardia y sobresalir con su organización, requiere desarrollar habilidades nuevas, como el Coaching, el liderazgo, el manejo de equipos, la Inteligencia Emocional, el manejo de conflictos, la negociación efectiva, la comunicación moderna, entre otras, para liderar con herramientas que impulsen verdaderamente a todos hacia nuevos niveles de efectividad y desarrollo, con innovadores modelos gerenciales tanto en lo técnico como en lo humano. Esto lo preparará para abordar un abanico de situaciones desde las más simples hasta las más complejas, conflictivas o difíciles, de modo que pueda extraer de ellas aprendizajes y crecimiento organizacional, para sí mismo(a) y para todo el personal, que impulsen su desarrollo de una manera integral y creciente.

Todo ello confluye con una realidad cada vez más relevante, cuyos efectos se sienten con mayor fuerza: el incremento de la competitividad de los mercados en el entorno empresarial obliga a las empresas a afrontar y gestionar los cambios con una mayor rapidez que nunca, para adaptarse de forma más eficiente y en menor tiempo, de modo que no solo puedan subsistir sino ganar terreno en mercados que se vuelven más complejos e impredecibles. Las empresas de la competencia no solo no esperan para ser más efectivas o agresivas, sino que buscan crecer y adaptarse lo más posible y con mejores conocimientos y destrezas con el objeto de ganar mayor influencia sobre clientes y proveedores; por ello, no podemos quedarnos en formas obsoletas de administrar al personal, los equipos, el clima laboral, el cambio y todo lo que tenga que ver con el mundo organizacional en que nos movemos.

En este contexto, el conocimiento, las técnicas y las herramientas aportadas por las habilidades directivas ayudan a líderes, directivos y a las organizaciones en general a que apuesten por el desarrollo y la innovación, y a optimizar sus resultados para elevarlos a nuevos niveles de excelencia y efectividad. Esta innovación sentará las bases para el crecimiento continuo interno, tanto en el liderazgo como en los equipos, que se vea reflejado en un impulso renovado en su desempeño en el mercado y en los resultados organizacionales en todos los sentidos.